Por Eduardo Gómez Ponce - Médico
El gobierno de Tucumán reconoce que hay 60.000 familias pobres
en situación critica y 3.600 niños desnutridos que reciben asistencia,
pero el número real es de más 20.000 niños,; por cada dos familias
pobres se encuentra un desnutrido; si aplicamos este criterio sobre las
60 mil familias, resultaría 20.000.
Ante tal situación se logró encontrar una tabla que ayuda a
ocultar el verdadero número de niños desnutridos: se aplicó un nuevo
sistema de medición del crecimiento empleado por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) que usa una tabla standard internacional,
confeccionada comparando mediciones de crecimiento de poblaciones de
Brasil, EE.UU, India, entre otros, y esta debía tener buenas
condiciones de vida ambiental alimentaria y de salud (características
que los pobres de Tucumán no reúnen en los últimos 6 años). Además de
contradecir lo que establece la Sociedad Argentina de Pediatría, que
aconseja que dicha tabla standar sea confeccionada con población de
características antropométricas similares.
Desde los años 80 hasta el 2010 se aplicaron las tablas de
Lejarraga - Orfila - Moraso, publicadas en el Manual de Control de
Crecimiento y Desarrollo del Siprosa, de 2004. Estas tablas miden la
relación peso/edad para el niño menor de 1 año, y peso/edad, peso/talla
para los mayores de 1 año. Aplicando estos parámetros se puede
diagnosticar al niño de peso normal, desnutrido agudo o crónico. El
agudo o emaciado es el niño que tiene alto riesgo de enfermar, por lo
que debe ser recuperado nutricionalmente en forma urgente, debido a que
tiene un déficit en la tabla de peso/edad y peso/talla. El crónico es el
que tiene un déficit únicamente en peso/edad; pero peso adecuado a la
talla. Este niño, si bien no tiene alto riesgo de enfermar pero lleva
una "cicatriz" en su cerebro por su mal nutrición en los 3 primeros años
de vida, es un niño que tendrá bajo rendimiento escolar y necesita
apoyo nutricional adecuado.
Las nuevas tablas de I.M.C ( Indice de Masa Corporal) se
obtienen multiplicando la talla al cuadrado, y con la cifra obtenida se
divide el peso, resultando un número que lo califica como "bajo peso" y
"niño de riesgo nutricional". Con estas dos calificaciones desaparece el
diagnóstico de desnutrición y los grados de la misma (1º - 2º - 3º
grado). En mi investigación a lo largo de seis años comparé el resultado
de la aplicación del I.M.C y pude observar que, de cada 10 niños
desnutridos -aplicando la tabla Lejarraga - Orfila - Moraso-, 6 de ellos
no lo eran para el I.M.C , por lo que se obtiene el tan " buscado"
descenso de los índices de desnutrición infantil en un 60%.
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